El Parlamento de Navarra dio el visto bueno el pasado lunes en su sesión de Mesa y Junta de Portavoces al empleo de una Guía de uso de lengua no sexista con la que, en el marco de las iniciativas contempladas en el I Plan de Igualdad de mujeres y hombres del Parlamento de Navarra 2016-19, se pretende dotar al personal técnico y político de la Cámara de estrategias de comunicación en términos inclusivos.

En aras a perfilar un criterio común que permita avanzar hacia la utilización no sexista del lenguaje, la Guía proporciona una serie de recursos, técnicas y orientaciones tendentes a eliminar cualquier tipo de discriminación contra las mujeres a través del habla, ya sea en la esfera administrativa, discursiva o informativa.

Así, a fin de consolidar una nueva visión del lenguaje parlamentario que aúne comprensividad y respeto a la dimensión de género, se propugna un alejamiento de su manejo tradicional para, conforme a la nueva pero inacabada realidad social, fomentar un uso idiomático que represente a mujeres y hombres de manera igualitaria.

En ese sentido, el Parlamento muestra su compromiso con la transformación de las pautas de relación y comunicación todavía vigentes y, de acuerdo con los valores fundacionales de la Unión Europea, llama a erradicar la discriminación estructural que padecen las mujeres.

La puesta en marcha de la Guía de uso de lengua no sexista irá precedida de un taller formativo para que el personal del Parlamento de Navarra aprenda a detectar los usos sexistas y androcéntricos en el lenguaje escrito y hablado, también en euskera.

La Cámara confía en que su iniciativa, dirigida a corregir el sexismo lingüístico en los distintos elementos de comunicación de la institución (web, memorias, folletos, cartas, etc.), contribuya también a abrir un espacio de reflexión sobre las consecuencias que para todas las personas tiene la utilización discriminatoria y excluyente de las mujeres en el lenguaje y la comunicación.

El I Plan de Igualdad de mujeres y hombres del Parlamento de Navarra 2016-19 es un documento diseñado en torno a cinco ejes estratégicos, con 53 acciones concretas orientadas tanto hacia la propia organización como a su actividad o función pública.

Sensibilización y formación continua, conciliación y nueva gestión de los tiempos, impacto social de género, comunicación interna y externa, y equidad representativa constituyen el núcleo esencial de un plan configurado desde un enfoque inclusivo y transversal.

El Plan responde al requerimiento normativo por el cual las administraciones públicas deben incorporar políticas específicas dirigidas a favorecer la igualdad de sus personas, en este caso plantilla y grupos parlamentarios. El objetivo último es convertirse en referente de políticas de igualdad para el resto de las organizaciones que conforman la sociedad.