Acto de entrega de 69 certificados de reparación moral, en el marco de la Ley 52/2007 de Memoria Histórica, a la AFFNA
Catalán reivindica el valor de la Constitución como símbolo verdadero de la "institucionalización de la memoria colectiva" y Jaúregui pide "perdón" por la demora
El Parlamento de Navarra ha acogido esta tarde un acto de entrega de la ‘Declaración de Reparación y Reconocimiento Personal’ a favor de 69 personas de la Asociación de Familiares de Fusilados y Desaparecidos de Navarra que padecieron violencia o persecución durante la Guerra Civil y la dictadura.
La apertura de la ceremonia, celebrada al amparo de la Ley de Memoria Histórica y, según ha precisado Alberto Catalán, en el marco de los “pronunciamientos y la voluntad expresada” por esta Cámara, ha corrido a cargo del Presidente, quien, en el curso de su intervención, ha destacado la “unanimidad” suscitada en la Comisión Constitucional del Congreso a la hora de aprobar un texto que “reitera” la “deslegitimación de la violencia” como medio para “imponer convicciones políticas y establecer regímenes totalitarios”.
Sobre esa misma consideración, ha corroborado Catalán, se “sustenta” la resolución aprobada por el Legislativo Foral el 10 de marzo de 2003. Es por ello que el Parlamento de Navarra, “espacio habitual de confrontación pacífica de ideas, libertad de expresión y respeto al pluralismo”, se ha convertido hoy también en “espacio para el reconocimiento".
Reconocimiento que “hacemos desde el Estado de Derecho, Social y Autonómico que consagra la Constitución, principio básico de convivencia y símbolo de la verdadera institucionalización de la memoria colectiva”, ha significado el Presidente.
A modo de colofón, Alberto Catalán ha recordado que, a día de hoy, los cargos electos y de representación pública siguen trabajando para, “combatiendo las presiones, coacciones y amenazas de los que no creen en el Estado de Derecho ni en el sistema democrático, garantizar el progreso y los derechos humanos”.
Olga Alcega, presidenta de la AFFNA, ha comenzado afirmando que “hoy es un día muy importante, porque a partir de ahora vais a poder decir alto y claro, y demostrarlo con un documento oficial, que vuestro familiar padeció persecución y violencia por razones políticas e ideológicas, y fue ejecutado”.
Alcega ha puesto este acto de “resarcimiento” a la altura de otros dos “hitos”, la resolución aprobada por el Parlamento de Navarra en 2003 y la inauguración del Parque de la Memoria. “Dejad de hablar en voz baja, nuestras víctimas están siendo desenterradas del silencio y el olvido”.
Desde la Asociación de Familiares de Fusilados y Desaparecidos de Navarra, promotora del acto, Olga Alcega ha asegurado que seguirán “luchando, buscando y desenterrando, demandando que en los libros de texto se explique la verdad, solicitando a la Administración que, de una vez por todas, sea ella la que se encargue de la investigación, localización y exhumación de todos los desaparecidos. Continuaremos, en definitiva, demandando justicia”.
Así, “en recuerdo de los 3.402 navarros asesinados”, Alcedo ha cerrado su alocución aireando “nuestra mayor enseñanza en todos estos años de trabajo: Nunca más y para nadie aquellos horrores”.
Seguidamente y “sin ánimo de abrir heridas, sino de cerrarlas”, Josefina Lamberto, Ricardo Mula, Juan Jiménez, José Sanpedro, Roberto Rocafort y Aúrea Jaso, familiares de algunos de los homenajeados, han subido al estrado para glosar la figura de sus allegados (“No tuvieron en cuenta que los muertos tienen vivos y los vivos memoria”) y recordar sus últimos momentos con vida. “Que la historia no olvide tan fácilmente unos asesinatos que la justicia ha olvidado”, han rematado.
Después de dejar constancia de sus testimonios, Ramón Jáuregui ha procedido a la entrega de los certificados a los familiares de 69 represaliados durante la Guerra Civil y la dictadura posterior.
Finalizado el reparto, Ramón Jáuregui, Ministro de Presidencia en Funciones, ha tomado la palabra para, trascendiendo a la “emoción” del momento, pedir “perdón por la tardanza” y “reivindicar la memoria de la justicia y la verdad”, que es lo que “esta tarde celebramos” .
Frente a los que preguntan “¿a qué viene esto ahora?”, Jáuregui ha explicado que la pregunta “de verdad” no es esa, sino “por qué hemos tardado tanto. Si 33 años después aún tenemos que hacer cosas como ésta, es admisible que haya quienes estimen que confundimos perdón con olvido. Yo, sin embargo, creo que optamos por construir una sociedad reconciliada, capaz de convivir sobre nuevas reglas y superar una historia traumática”.
Tras aportar algunos datos de la represión franquista (100.000 fusilados, 270.000 encarcelados, más de 5.000 muertos en prisión, 40 años de presión y una “radical fractura” de la sociedad), el Ministro ha puesto en valor la aportación de la Ley de Memoria Histórica a la ardua tarea de “reconfigurar la verdad”, y ha cerrado interpretando el contenido del certificado recién entregado a los familiares de los “asesinados”.
“El papel dice tres cosas, declara un hecho que nunca habíamos formalizado; reconoce algo que también sabíamos, que esa persona sufrió persecución por motivos políticos e ideológicos; y declara la ilegitimidad de las sentencias y sus efectos. Sólo es eso, pero se trata de reafirmar la verdad frente a los que, quizás en el futuro, pretendan tergiversar la versión real”, ha constatado.
El acompañamiento musical del acto, que terminó con un aurresku, estuvo en manos de un cuarteto de cuerda.
La entrega de estos certificados de reparación moral responde a lo dispuesto en el párrafo 1 del artículo 4 de la Ley 52/2007, de 26 de diciembre, “por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura”.
En virtud del citado artículo de la Ley de Memoria histórica, “se reconoce el derecho a obtener una Declaración de reparación y reconocimiento personal a quienes durante la Guerra Civil y la Dictadura padecieron los efectos de las resoluciones a que se refieren los artículos anteriores. Este derecho es plenamente compatible con los demás derechos y medidas reparadoras reconocidas en normas anteriores, así como con el ejercicio de las acciones a que hubiere lugar ante los tribunales de justicia”.
La relación de personas homenajeadas es la siguiente: José Alcalá Górriz, Román Alcalá Górriz, Santiago Guembe Redín, Eduardo Alonso Fuster, José Antonio Arlegui Arraiga, Jesús Astrain Aget, Rogelio Astrain Aget, Santiago Ausejo Vázquez, Antonio Bernal Gómez, Félix Bernal Iso, Fermín Cantón Arriazu, Pío Castillo Ruiz, Miguel Castillo Sola, Ángel Chocarro Ramos, Miguel Chocarro Ramos, José Corella Macaya, Aniceto Corral Marcos, Rufino José Diago Aranaz, Pedro Diago Aranaz, Claudio Doroteo Dieguez Loza, José Domínguez Alsúa, Tomás Andrés Galindo Blanco, Gaspar Gómez Núñez, Felipe Gracia Agüerri, Arcadio Ibáñez Sesma, Ramón Iradiel Osés, Sergio Ilarraz Villanueva, Aurelio Jaso Garde, Andrés Jaso Garde, José Jaso Garde, Valentín Nicolay, Teodoro Jaurrieta Beamount, Santiago Jaurrieta Irurzun, Jaime Jiménez Arzoz, Miguel Jiménez Ducar, Hilario Domingo Jiménez Ducar, Vicente Lamberto Martínez, Maravillas Lamberto Yoldi, Juan Eulalio Larreta Larreta, Eugenio Lategui Santamaría, Pedro Lategui Santamaría, Basilio López Cárcar, Antonio Marqués Blanco, Juan Melero Gracia, Antonio Mesa Ruiz, Jesús Mesa Virto, Manuel Modesto Azcona Garaikoetxea, Francisco Mula Castro, Victoriano Munárriz Tabar, Mariano Navarro Blasco, Gregorio Oiz Alegre, Francisco Ortigosa Soria, Cesáreo Pérez Zardoya, Valentín Plaza, Eloy Resano Caparroso, Agustín Robles Hidalgo, Tomás Robles Hidalgo, Javier Rocafort Apesteguía, José Rodríguez García, José Romano Ullate, Rafael Ros Gosas, Andrés Ruiz Lorente, Domingo Ignacio Sánchez Agüerri, José San Pedro Ramos, Justo Sesma Zaratiegui, Cecilio Urío Gorozpe, Amadeo Urla Aramburu, Gregorio Vallejo Ochoa y Benjamín Zabalegui Vallejo.