En el marco de una jornada sobre Navarra y la Guerra de Independencia (1808-14), el Parlamento de Navarra ha acogido hoy la presentación de la última obra de Manuel Ortuño, una novela histórico-biográfica que, bajo el título Muerte en el cerro del Bellaco, supone su quinto trabajo sobre Xabier Mina.

Licenciado en Ciencias Políticas y doctor en Historia de América Contemporánea en la Universidad Complutense de Madrid, Ortuño se ha dedicado desde la década de los noventa a la investigación de la personalidad de Xavier Mina Larrea, el “héroe navarro fundador de las primeras guerrillas que hicieron frente a Napoleón”.

Tras la presentación a cargo de José María Espinosa, presidente del Foro para el Estudio de la Historia Militar de España, Ortuño ha comenzado trazando un paralelismo entre las figuras de Xavier Mina, el estudiante, y su tío Francisco Espoz Ilundain, quien luego, tras la detención del sobrino, adoptaría su apellido para, haciéndose llamar Francisco Espoz y Mina y general Mina, “mantener el mito de la guerrilla original”.

En su semblanza de Xavier Mina, Ortuño ha hablado de un líder que pasó por ser el “gran movilizador de las juventudes navarras, un icono de la defensa de la tierra, la propiedad, la religión y el Rey frente a la amenaza francesa. Durante los ocho meses que duró la guerrilla de Mina el joven ídolo tuvo entre sus huestes a su abnegado tío, ocho años mayor, que se puso a su disposición de manera incondicional”.

Esa unidad de pensamiento y acción quebró con motivo del exilio londinense de Xavier, donde coincidió con Blanco White y Flores Estrada, un “ideólogo de la revolución española cuyas enseñanzas le fueron convirtiendo en un liberal cada vez más radical”.

El desencuentro final, según ha constatado Ortuño, tuvo lugar “en París, donde Ezpoz tuvo conocimiento del traslado de Xavier a Estados Unidos, con la idea de saltar a México para apoyar a la insurgencia local”, circunstancia que le conduciría a ser fusilado con 28 años.

El autor ha concluido haciendo balance de la relación entre dos héroes, Espoz, insigne en Navarra y España, y Xavier, egregio en México, donde cuenta con una figura esculpida en mármol en el monumento a la Independencia del Paseo de la Reforma. La historiografía española del XIX y del XX ha “olvidado, erradicado y despreciado a Xavier Mina”, ha corroborado Ortuño.

La jornada se ha completado con una conferencia del periodista pamplonés Germán Ulzurrun, que ha ofrecido su visión sobre la resistencia de Navarra contra Napoleón, en un contexto de profundos cambios sociales y políticos impulsados por la crisis del Antiguo Régimen, la influencia de la Ilustración y el surgimiento de la identidad nacional.

En ese marco y a decir de Ulzurrun, el clero fue el “principal artífice de la resistencia en una Navarra que, con el Abad del Monasterio de La Oliva al frente de la Diputación, contaba con 227.000 habitantes, 14.000 de ellos en Pamplona, y mantenía la figura del Virrey como vestigio de su antigua condición de Reyno”.

El coste de la guerra en Navarra, y más concretamente en Roncal, se estima en “5.825.000 reales, cantidad equivalente a 1.941.676 jornadas de trabajo de la época. Ardieron 311 casas, se expoliaron 19.734 cabezas de ganado, el saqueo de rentas ascendió a 2.170.082 reales… ”.

En el lado positivo, según ha apuntado Ulzurrun a modo de cierre, cabe reseñar la “llegada a Navarra de la primera comunicación periódica, La Gaceta de Navarra. La letra impresa tenía verdadera importancia en aquella época, tal es así que Espoz y Mina mantenía una imprenta en Aoiz”.

La Jornada ha contado con la asistencia de Alberto Catalán, Presidente del Parlamento, Enrique Maya, Alcalde de Pamplona, Pedro Lozano, presidente de la Sociedad de Estudios de Navarra (SEN), además de Parlamentarios y personal de la Cámara.