Publicada el Jueves, 20 de Enero de 2022

Se insta al Gobierno de Navarra a promover y proteger las explotaciones de ganadería extensiva, social y familiar

Se apuesta por la agricultura tradicional y la ganadería extensiva de vacuno, ovino, caprino y porcino, por ser “sostenible, de calidad y respetuosa con el medio ambiente”

El Pleno del Parlamento ha aprobado hoy por unanimidad una resolución por la que se insta al Gobierno de Navarra a “promover y proteger las explotaciones de ganadería extensiva, social y familiar, apostando de forma clara por la agricultura tradicional y la ganadería extensiva del vacuno, ovino, caprino y porcino, respetuosa con el medio ambiente y que ha demostrado su sostenibilidad y calidad”.

 

La resolución aprobada incluye un segundo punto en el que, a su vez, se emplaza al Ejecutivo Foral a “desarrollar marcos normativos que protejan a los ganaderos y ganaderas frente a las empresas integradoras, que permitan verificar de forma continua los requisitos legales y el cumplimiento de las normas de calidad relativas a los productos de consumo que se generan, a las condiciones de los y las trabajadoras y al bienestar animal”. Navarra Suma ha votado en contra de este punto.

 

Del mismo modo, ya en un tercer apartado, se exhorta al Gobierno de Navarra a “trabajar por mantener la competitividad de los sectores lácteo y cárnico de nuestra Comunidad, así como del resto de los sectores ganaderos, rechazando macroproyectos que puedan proponerse para otros sectores o zonas de nuestra Comunidad que afecten a la competitividad”. Navarra Suma se ha abstenido.

 

En ese sentido, se plantea al Ejecutivo Foral que “arbitre todas las medidas en marcha necesarias para que la recientemente aprobada Ley de Cadena Alimentaria, que garantiza precios justos a los ganaderos, sea una herramienta útil y eficaz que permita acabar con los abusos”.

 

Finalmente, se solicita al Gobierno de Navarra que “ponga en marcha ayudas directas financieras al sector agroganadero, para afrontar la subida excesiva de los precios de los costes de producción”. Estos dos últimos epígrafes han prosperado por unanimidad.

 

El texto original contenía otros dos apartados, ambos rechazados. El primero llamaba al Gobierno de Navarra a “impedir la instalación en Navarra de macro explotaciones agroganaderas que responden a un modelo de concentración y de producción agroindustrial incompatible con la conservación del medio ambiente y el desarrollo rural”. Navarra Suma ha votado en contra y el PSN se ha abstenido.

 

El segundo sugería al Ejecutivo Foral “estudiar las posibilidades existentes para el cese de la actividad de la macrogranja de Caparroso mientras esta mantenga el número actual de reses, y actuar en consecuencia”. Navarra Suma, PSN y Geroa Bai han votado en contra.

 

En la exposición de motivos, la resolución impulsada por la A.P.F. Podemos-Ahal Dugu y el G-Mixto Izquierda-Ezkerra contrapone el modelo de ganadería intensiva, “rentable pero insostenible a nivel social y medioambiental”, al patrón mediano y pequeño de explotación, en ocasiones familiar, que “crea empleo, arraiga la población al territorio y permite producir alimentos de alta calidad”.

 

En ese sentido y a propósito de la “intensificación del debate en torno al prototipo de producción agrícola y de consumo”, con mención especial a las “macrogranjas”, se propugna una “regulación del sector ganadero para, de un lado, establecer un tamaño máximo de las explotaciones en cada sector productivo” y, de otro, facultar la “revisión de la carga ganadera admisible en función de las realidades de los ecosistemas y las previsiones de cambio climático”.

 

Todo ello para revertir un modelo productivo asociado a un “elevado consumo de carne, frente al cual ya se ha pronunciado la Comisión Europea, que tanto en el dossier La estrategia de la granja a la mesa como en el propio Informe España 2050, apuesta por una reducción considerable de este tipo de ingesta, con el fin de promocionar una producción agroalimentaria y un consumo más sostenible”.

 

En ese contexto, se aduce que a nivel mundial, según la FAO, solo la ganadería intensiva representa el 14,5 % de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). En España, los productos de origen animal son “responsables del 80 % de las emisiones asociadas a nuestra dieta. La ganadería intensiva es responsable del 9 % del total de las emisiones de efecto invernadero”. En 2020, según el MAPA, se sacrificaron en España 910 millones de animales en mataderos.

 

Así, tras llamar a evitar la cronificación definitiva de esta situación y reiterar su apuesta por un modelo prioritariamente extensivo, que vele por el mantenimiento del medio de vida de las y los ganaderos, se pone el foco en Caparroso, donde se localiza “la mayor macrogranja del estado español, una explotación de 5.200 vacas, que origina 189.000 m3 de purines cada año. La contaminación del suelo y acuíferos de la zona es incuestionable”.

 

La proponente concluye vinculando esos datos al expediente abierto en 2018 contra España por la Comisión Europea, que en 2020 solicitó medidas para “atajar ese problema, creado especialmente por la ganadería industrial”. A esta se imputa en buena parte la “contaminación del suelo por exceso de nitratos, que ha aumentado un 50% en cuatro años”.