Familiares, representantes institucionales y vecinos de Pamplona se han dado cita este martes en el cementerio de la capital navarra para homenajear y recordar al concejal de UPN Tomás Caballero en el decimosexto aniversario de su asesinato a manos de ETA. Entre ellos, no ha faltado el presidente del Parlamento de Navarra, Alberto Catalán Higueras. Por parte del Legislativo foral también ha asistido la parlamentaria de Bildu, Miren Aranoa.

Como cada año, el acto de homenaje ha comenzado con una ofrenda floral ante la tumba de Tomás Caballero. Seguidamente, el sacerdote Santos Villanueva ha oficiado un responso y dirigiéndose a los presentes ha deseado que "cada uno de los grandes valores enseñados por Tomás Caballero se multipliquen".

Ha valorado Villanueva la "valentía, el tiempo y el esfuerzo por el bien común" del edil de UPN asesinado por ETA hace 16 años, al que ha definido como "un buen compañero" y "un gran ejemplo para todos". Además, ha pedido que desde la política "se trabaje por el bien común y para que todos podamos vivir en paz con trabajo y dignidad".

A continuación, en representación de la familia, ha tomado la palabra el parlamentario Javier Caballero, hijo del concejal pamplonés, quien ha agradecido la celebración de este acto "sencillo" pero "importante por el simbolismo que encierra". "Es un acto de justicia", ha remarcado.

Caballero ha considerado que "la sociedad pamplonesa no puede olvidar que uno de sus representantes fue asesinado precisamente por ser representante", por ello, ha destacado, con el acto de homenaje a su padre "se pone de manifiesto la sinrazón de la violencia y la necesidad de que ETA desaparezca".

"Puedo decir con orgullo que mi padre es un ejemplo de compromiso, de poner de manifiesto la grandeza del servicio a los demás, de trabajar por los conciudadanos y la grandeza de la política", ha resaltado el parlamentario regionalista.

En este sentido, ha considerado que el decimosexto aniversario del asesinato de su padre debe suponer "16 aldabonazos en nuestra conciencia individual y en la conciencia colectiva", además de "16 aldabonazos de reivindicación sencilla pero absolutamente contundente de que la violencia nunca puede servir para obtener objetivos políticos, de que no hay ninguna idea que valga una vida".

También ha reivindicado Javier Caballero la figura de "los políticos que ponen por delante el servicio público a pesar de las críticas siempre fáciles y de la incomprensión desde el sillón y la barra del bar" y ha destacado que "muchos, como hizo mi padre y tantos otros, se atrevieron a dar el paso y asumieron el riesgo hasta que su compromiso les costó la vida".

"Y eso en contra de lo que querían sus asesinos lo único que hace es convertirlos en un referente", ha defendido.