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La Comisión de Cultura y Deporte visita el Navarra Arena

División entre los grupos que ven en la multifuncionalidad del Pabellón una salida viable y los que entienden que la relación coste-beneficio lo convierte en un lastre

La Comisión de Cultura, Deporte y Juventud ha visitado hoy, a petición de los G.P. EH Bildu, las instalaciones del Reyno de Navarra Arena, una obra incluida dentro del Plan Navarra 2012 con un coste estimado de 64 millones y que consta de dos pistas multifuncionales con capacidad para 10.000 y 1.500 espectadores, respectivamente, además de un frontón con 3.000 asientos.

Los miembros de la Comisión que han asistido han sido Cristina Altuna, Luis Casado,Luis Zarraluqui (G.P. UPN), Consuelo Satrustegi, Jokin Castiella (G.P. Geroa Bai), Miren Aranoa (G.P. Bildu), Mikel Buil, Ainhoa Aznárez (G.P. Podemos-Ahal Dugu), Javier García (A.P.G. PPN) y Marisa de Simón (A.P.F. Izquierda-Ezkerra).

La delegación del Parlamento ha sido recibida por Rubén Goñi, director del Instituto Navarro de Deporte y Juventud, y Ramón Santesteban, jefe de la sección de Infraestructuras del Gobierno de Navarra.

El objeto de la visita, según ha constatado Miren Aranoa a modo de preámbulo, ha sido “conocer el estado de ejecución y las posibilidades del Pabellón”, para cuya conclusión todavía restan por licitar trabajos por importe de 6.916.961 euros.

A continuación, los Parlamentarios han recorrido las distintas dotaciones y espacios del Reyno Arena y, acompañados por el director del INDJ y el responsable de Infraestructuras, han comprobado el “acabado” de las obras y la “multifuncionalidad” de un recinto que, concebido en base a una “estrategia escénica”, trasciende el uso meramente deportivo.

Entre las particularidades del pabellón se encuentra lo que Santesteban ha calificado como “tercer espacio”, un encofrado que alberga un conjunto de gradas a desplegar en función de lo que el espectáculo requiera. “Es difícil encontrar un Arena con tantas posibilidades en unas dimensiones tan reducidas”, ha constatado.

En función el dossier entregado a los Parlamentarios, las indemnizaciones y penalizaciones ejecutadas han supuesto un incremento de 1,09 millones. Las reclamaciones pendientes en relación al proyecto del Navarra Arena y a la urbanización del entorno ascienden a 5.513.105 euros.

En lo concerniente a los gastos de mantenimiento de los tres últimos ejercicios, suman 674.631 euros (153.512+246.587+274.532). Para este año se han presupuestado 184.000 euros, sin imputar el personal directo del INDJ adscrito provisionalmente a dichas tareas.


En lo tocante a la licencia de apertura, su coste oscilaría entre los 1.900.000 euros, caso de decantarse por la parcial, y los 4.330.000 euros si se opta por la que habilita para la realización de eventos deportivos, musicales y sociales.

Por otra parte, el coste de las inversiones aplazadas se estima en 2.580.000 euros, de los que 550.000 corresponden al museo y a la pasarela, 1.800.000 a las oficinas de las federaciones y 230.000 a asistencias técnicas.

En su turno de intervención, los portavoces de UPN, Geroa Bai, EH Bildu, Podemos-Ahal Dugu, PSN, PPN e I-E han coincidido a la hora de valorar la infraestructura desde el punto de vista “técnico”, si bien han discrepado a la hora de enjuiciar la conveniencia de una dotación que para unos es más o menos “viable” y para otros “desproporcionada y de dudosa rentabilidad social”.

Miren Aranoa (G.P. EH Bildu) se ha confesado “alarmada por el coste que supone acabar y mantener esta insfraestructura. Es desproporcionada, ha sido realizada de espaldas a la ciudadanía y constituye un monumento al despilfarro, un mausoleo a la gestión del pasado. No podemos consentir que esta inversión tan desafortunada lastre el sostenimiento de las políticas sociales, educativas y sanitarias. Somos partidarios de la gestión pública, pero en este caso resulta inviable, las prioridades sociales van por otros derroteros”.

Cristina Altuna (G.P. UPN) ha abogado por “buscar una salida razonable y realista para poner este edificio al servicio de la ciudadanía. Hay que explorar los distintos tipos de colaboración público-privada y ponerlo en uso de la manera más apropiada, porque las posibilidades técnicas y la capacidad del pabellón lo hacen apto para eventos deportivos, culturales y sociales”.

Para Consuelo Satrustegi (G.P. Geroa Bai), el Reyno Arena es una infraestructura “preciosa, pero sobredimensionada. Se están estudiando las distintas posibilidades de apertura con Deporte y Cultura, hay mesas de trabajo que ya están en ello. Quizás lo más apropiado sea arrancar con una apertura parcial, porque una apertura total se nos antoja una carga económica desequilibrante”.

A juicio de Mikel Buil (G.P. Podemos-Ahal Dugu) el Navarra Arena tiene una “salida incierta. Hablamos de una inversión de 70 millones para un pabellón con 10.000 asientos en los que, por cierto, cabrían los 10.000 niños navarros que tenemos en Renta Básica. De alguna manera, se ha bloqueado el progreso económico de la Comunidad a costa del deporte de élite. No vislumbro una solución fácil”.

Guzmán Garmendia (G.P. PSN) se ha mostrado partidario de “darle uso”, de “entregarlo a la participación ciudadana para, entre todos, encontrar la mejor manera de ponerlo en marcha. Hemos sido muy críticos con la nefasta gestión que se ha hecho del Arena en los últimos años, pero se impone optimizar la inversión. Entregarlo sin más a una entidad privada no lo veo, más bien somos partidarios de la gestión público-privada”.

Javier García (A.P.F. PPN) ha recordado que su grupo, “ya en 2008, cuando aún carecía de representación parlamentaria, advirtió sobre la inoportunidad de esta obra, magnífica desde el punto de vista técnico. Ahora lo que procede es buscar la mejor alternativa para hacerla rentable. Hay pabellones similares en territorios limítrofes, habría que ir a una explotación similar. Nos consta que hay empresas interesadas”.

Marisa de Simón (A.P.F. Izquierda-Ezkerra) ha asegurado que el Navarra Arena “va a suponer una aportación continua de fondos públicos, sólo el mantenimiento ya cuesta mucho. Es una obra desmesurada, la relación coste-beneficio es inversamente proporcional. Si se pudiera vender o incluso cambiarla por otra dotación más manejable”…