Conferencia de Justine Masika, activista de 'Sinergie des Femmes pour les victimes des violences sexuelles'
Masika insta a la sociedad europea a combatir la violación como crimen de guerra, en este caso vinculado a la extracción y comercio ilegal de minerales en el Congo
El Parlamento de Navarra ha acogido hoy una conferencia de Justine Masika, reconocida activista por los derechos humanos de las mujeres del este de la República del Congo, sobre la violación como crimen de guerra, en este caso vinculado a la extracción y comercio ilegal de minerales.
Virginia Alemán (G.P. Geroa Bai), Parlamentaria de la Comisión de Convivencia y Solidaridad Internacional, ha sido la encargada de introducir y contextualizar la charla, y lo ha hecho refiriéndose a la labor de Justine Masika al frente de Sinergie des Femmes pour les victimes des violences sexuelles, un colectivo formado por 35 asociaciones femeninas al que pertenece la Casa Bulengo de Alboan, un centro de acogida, recuperación, asesoramiento jurídico, sensibilización, mediación y atención a mujeres agredidas.
Alemán ha recordado la exposición Lo que esconde tu móvil/Zure mugikorrak ezkutatzen dueka exhibida recientemente en el Atrio y la adhesión de la Cámara a la campaña Tecnología Libre de Conflicto, así como a las reivindicaciones de la sociedad civil en relación con la futura normativa europea sobre el comercio de minerales, y ha concluido llamando a “ponerse del lado de las personas valientes como Masika”, desde 2007 perseguida por documentar la violación como crimen de guerra.
Justine Masika ha dado cuenta del drama humanitario que se vive en la República del Congo, donde se localiza el 80% de las reservas mundiales de coltán, un recurso no renovable altamente estratégico, pues se emplea en casi la totalidad de dispositivos electrónicos que se emplean actualmente, motivo por el que su extracción se ha convertido en causa de conflictos geopolíticos.
Masika ha explicado la violencia desatada por el control de los yacimientos, una pelea en la que “se mezclan los intereses del Estado, de las guerrillas, de las multinacionales occidentales y de los contrabandistas”. Todo ello, según precisa, da pie a “graves violaciones de derechos humanos, pues se trata de explotaciones artesanales que originan perjuicios medioambientales (contaminación del agua), abandono de tierras agrícolas (hambre) y ausencia de infraestructuras de base (carreteras, escuelas, centros de salud)”.
En ese marco, proliferan “grupos armados que venden ilegalmente el coltán violan y matan a la población. Las mujeres, que en época de paz tampoco veían reconocidos sus derechos, se han convertido en el principal objeto de humillación como consecuencia de la falta de voluntad de las autoridades y, por tanto, de la impunidad generalizada que reina”.
Así, tras clamar por una “educación tendente a superar la concepción patriarcal de una sociedad que sigue considerando a la mujer un ser de segunda fila, de ahí las alrededor de 100.000 violaciones anuales”, Justine Masika, ha instado a realizar un uso responsable del móvil, alargando su vida útil y conminando a las autoridades y a las multinacionales a trabajar con minas certificadas. Una buena manera de hacerlo es apoyar la campaña de Alboan a favor de una Tecnología Libre de Conflicto y ayudando a financiar la Casa Bulengo.